En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.

Miguel  de Cervantes Saavedra

El Quijote narra la historia de un hidalgo manchego que «frisaba la edad de cincuenta años, era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro». Se había vuelto loco de tanto leer libros de caballerías:

Es, pues, de saber, que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso (que eran los más del año) se daba a leer libros de caballerías con tanta afición y gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza, y aun la administración de su hacienda; y llegó a tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendió muchas hanegas de tierra de sembradura, para comprar libros de caballerías en que leer

El protagonista llega a creer que las narraciones caballerecas son realidades y toma la decisión de buscar aventuras similares, siendo su misión «desfacer agravios, enderezar entuertos y proteger doncellas», así, ve a una venta del camino como un catillo, rebaños de obejas como ejércitos y, por supuesto, a los molinos como giganes:

Ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o poco más desaforados gigantes con quien pienso hacer batalla, y quitarles a todos las vidas.

[…]

Mire vuestra merced, respondió Sancho, que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que volteadas del viento hacen andar la piedra del molino. Bien parece, respondió Don Quijote, que no estás cursado en esto de las aventuras; ellos son gigantes, y si tienes miedo quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla

[…]

Encomendándose de todo corazón a su señora Dulcinea, pidiéndole que en tal trance le socorriese, bien cubierto de su rodela, con la lanza en ristre, arremetió a todo el galope de Rocinante, y embistió con el primer molino que estaba delante; y dándole una lanzada en el aspa, la volvió el viento con tanta furia, que hizo la lanza pedazos, llevándose tras sí al caballo y al caballero, que fue rodando muy maltrecho por el campo.

"Quijote against the windmill"

MIGUEL DE CERVANTES

Cervantes nació en 1547 en Alcalá de Henares y publicó la primera parte de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha en 1605, como parodia de las nobelas de caballerías. Diez años después publicaría la segunda parte. Pero pese al éxito de El Quijote Cervantes siempre vivió con estrecheces económicas.

Durante su juventud vivió en Italia, luchó en Lepanto y fue cautivo en Argel. El rescate fue pagado por el Convento de las Trinitarias Descalzas de Madrid, al cual siempre unieron lazos de afecto y donde fué enterrado a su muerte en 1616.

 

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BIBLIOGRAFÍA


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